La ómicron ya no es lo que era: una persona llegó a contagiar a 15 y ahora se necesitan dos para pasárselo a una sola

  • El número de reproducción del virus se sitúa en 0,73 transmisiones por cada caso positivo, cada vez más lejos del umbral del 1 que indica crecimiento de casos.
  • ​Los expertos dan por terminada la fase de desaceleración de la ola y la llegada de otra de transición, pero el problema es que con la Covid no se sabe hacia dónde.
La gente camina por la calle La Rambla (Barcelona).
La Rambla de Barcelona.
Europa Press
La gente camina por la calle La Rambla (Barcelona).

En su momento más álgido y en contextos con población poco vacunada y sin haberse contagiado previamente con Covid, la variante ómicron tuvo una capacidad de contagio similar o incluso superior a la enfermedad más contagiosa, el sarampión. Entonces, una persona podía contagiar a otras 15 ó 17, lo que explica su elevada transmisión. Pero las tornas han cambiado y en estos momentos una persona con Covid no es capaz de contagiar a otra más, sino que para ello necesitan dos contagios. 

Esta es la tendencia que marca el llamado número reproductivo instantáneo, la famosa "Rt" de la pandemia, que este jueves era del 0,73 en España. Según los expertos, se da por finiquitada la fase de "desaceleración" de la sexta ola y se abre un periodo de transición. El problema es que con la Covid se hace imposible predecir si será hacia el final de la pandemia o hacia una nueva oleada.

Evolución del número de reproducción de la Covid, que ahora se encuentra en 0,73 contagios por cada positivo.
Evolución del número de reproducción de la Covid, que ahora se encuentra en 0,73 contagios por cada positivo.
Centro Nacional de Epidemiología

El número de reproducción es unos de los indicadores a los que los expertos llevan prestando atención durante toda la pandemia, porque da una idea de la velocidad con la que han crecido los contagios en cada ola y permite predecir qué puede ocurrir, aunque con la incertidumbre extra que ha introducido la Covid, una epidemia-pandemia con un comportamiento que no se había visto antes.

"Nos indica si una persona contagia a otra persona, a más o a menos", explica Joan Caylà, exjefe del servicio de epidemiologia de la Agència de Salut Pública de Barcelona. Precisamente, Cataluña ha dado una buena noticia en este sentido esta semana, cuando su Rt se situó en 0,63, menor incluso que la más baja que había alcanzado hasta ahora en toda la pandemia, el 0,64 que registró el 29 de abril de 2020, todavía en pleno confinamiento.

En términos nacionales, el último dato del Centro Nacional de Epidemiología (CNE), correspondiente a principios de febrero, indica que la Rt en conjunto es de 0,73, lo que significa que una persona con Covid no contagia ni siquiera a otra y que para ello serían necesarias dos. De otro modo: que cada 100 contagiados contagian a 73. 

La Rt de la Comunidad de Madrid se sitúa en 0,81; la de Andalucía, en 0,74; la de la Comunitat Valenciana, en 0,70. País Vasco y Navarra, que durante la sexta ola rompieron todos los récords de contagios, tienen ahora una Rt de 0,72 y 0,73, respectivamente. Todo lo que esté por debajo de la Rt 1 es buena señal porque indica que cada vez menos personas se contagian con Covid.

"Es el promedio de casos secundarios que produce cada caso. Lo ideal es que cuando haya un caso no produzca casos secundarios y con eso llegaríamos a un control absoluto" de la pandemia, explica Caylà. Se obtiene de comparar los casos actuales con los de la semana previa y su indicador base es la incidencia acumulada (IA). 

Con el Rt "se visualiza una desaceleración de forma más clara, la gente entiende que cuando baja es bueno", dice el director del Observatorio de Salud Pública de Cantabria, Adrián Aguinagalde.

Tan contagiosa como el sarampión

En el caso de ómicron que el Rt esté ahora en 0,73 es un gran salto con respecto a los momentos en los que esta variante  se ganó el título de la más contagiosa conocida hasta ahora. Se hicieron estudios que mostraron que la variante con la que empezó la pandemia, la de Wuhan, tenía una Rt de 2,2 en Corea o de 3,3 en Italia. Esta fue sustituida por la británica o alfa y después llegó la delta, más contagiosa, con una Rt de entre 5 y 7. Es decir, una persona contagiada se la transmitía a entre 5 y 7 personas, de acuerdo a la comparación de las cifras de contagios de una semana a la siguiente. Ómicron pulverizó ese marcador y se superó a la rubeola, que tiene una Rt de 8 para asimilarse a la enfermedad más transmisible, el sarampión, que tiene una Rt de 15. 

Según recuerda Caylà, "hemos llegado a tener una Rt de 15 o 17, por eso vimos que en dos semanas se contagió el 5% de la población española" por la variante ómicron, y eso que los registros están alterados debido a que se considera que hay más diagnósticos de los que se registran, debido a pruebas realizadas en casa de las que no se informa a los canales oficiales.

Por eso, que ahora la Rt esté por debajo de 1, que se sitúe en 0,73 de media nacional y con una tendencia descendiente es buena noticia, en paralelo a la disminución diaria de la incidencia acumulada, a razón de más de 100 puntos  diarios. Este jueves, la IA a 14 días se situaba en 1.566 casos por 100.000 habitantes, por lo que registraba un nuevo descenso diario, 126 menos. La pendiente descendiente de la curva se acentúa y sí hace pensar en un final de la sexta ola pronunciado, como sucedió en Sudáfrica, aunque este país no sea el mejor para compararse con España.

Evolución de la IA a 14 días en España, que desciende de manera pronunciada en todos los grupos de edad.
Evolución de la IA a 14 días en España, que desciende de manera pronunciada en todos los grupos de edad.
Ministerio de Sanidad

Transición hacia dónde

Con estos datos, Caylà indica que "lo que toca es que siga el descenso", pero también el "optimismo exagerado" que, en su opinión, se ha producido después de cada ola de la pandemia, antes de se cree otra. Esta es una particularidad de la pandemia por Covid que no se ha visto en otras epidemias más lineales y que ha obligado a hacer un nuevo modelo, en espiral, para dar cabida a las sucesivas ondas que no hacen sino crear incertidumbre sobre qué pasará cada vez que una termina.

Por eso, Aguinagalde diferencia entre los que serían los "términos clásicos" de una epidemia y la evolución inédita de la Covid. "En términos clásicos, habríamos pasado la fase de desaceleración consolidada y en estos momentos [estamos] en lo que parece una fase de transición". ¿Hacia dónde? "Es es lo que no sabemos", apunta. 

La Covid no está siguiendo un "modelo tradicional" y lineal, sino que para ella se ha creado un "modelo de espiral" que tiene en cuenta las sucesivas oleadas -seis ya en España- que se suceden después de cada periodo de transición, con transiciones que se repiten entre "aceleración, desaceleración y recuperación".

Es la incertidumbre que sigue dominando en lo que parece el final de la sexta ola y que lleva al inevitable optimismo entre la población que desde la primera ola ha estado esperando que el final de cada oleada fuera realmente el último. 

"Es un comportamiento social esperable ante fenómenos de esta magnitud y después de cada onda se ha proyectado el deseo común de toda la sociedad de que su impacto fuera menor, y no lo ha sido en todas las ocasiones", explica el director del Observatorio de Salud Pública de Cantabria. Por ejemplo, la tercera ola fue peor que la segunda. "Somos seres humanos que queremos tener una vida normal", agrega.

Con todo y a pesar de las buenas perspectivas, Aguinagalde se niega a decretar el final de la pandemia, aunque ahora se tienen como elementos a favor la vacunación y una mayor inmunización natural de la población. "Quien lo diga que diga por qué lo cree dice". Caylà subraya que "la pandemia continúa" y que todavía está por ver si este 2022 volverá a repetirse el esquema -"error"- de relajar antes de Semana Santa y de verano para volver a empezar después.

Clara Pinar
Redactora '20minutos'

Actualmente cubro la información relacionada con energía, transición ecológica y transportes. Antes, también en 20 Minutos, me encargué de la cobertura sobre la crisis sanitaria por Covid y, previamente, de la información relacionada con Presidencia del Gobierno. Antes trabajé en la revista Tiempo y, en Bruselas, en las agencias Europa Press y Notimex y fui colaboradora de el periódico Levante-EMV, entre otros medios. Soy licenciada en Ciencias de la Información y postgrado en Información Internacional y Países del Sur por la Universidad Complutense. En 2021 terminé un Máster sobre Museología y Gestión de Museos de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).

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